Una mañana normal - Capítulo 2
La pelirroja se levanta adolorida
de la cama. Cuando consiguieron que se fueran los chicos eran cerca de las
cuatro de la mañana y hoy tienen instituto. La morena está sentada en el
escritorio repasando para un examen que tiene de filosofía, cosa que tendría
que hacer Gala ya que todavía no ha tocado ni el libro ni los apuntes y el
examen es en menos de una hora. Vicky se levanta de la silla, recoge los libros
en la mochila y entra al baño sin saber que su amiga ya se ha despertado.
Gala coge el móvil de la mesilla
y mira la hora. 7:45. Quedan tres cuartos de horas para que se vayan a clase.
Agarra unos pantalones cortos vaqueros y una camiseta rosa chillón, se los pone
y se acerca al espejo para maquillarse.
A todo esto, sale Vicky del baño
con unos pantalones vaqueros largos y una camiseta que, aun no teniendo casi
escote, deja ver la “marca” que le hizo Iván en el cuello. No puede negarlo,
aunque no le gusta que le hubiera dejado ese regalo en el cuello, le gusto que
Iván le prestara atención porque, aunque casi nunca hablan se llevan muy bien.
Además, ya se sabe el dicho que en tantas ocasiones le ha repetido Carlos, su
hermano mayor, “Los niños y los borrachos siempre dicen la verdad”. Se acerca a
su percha y coge un pañuelo. Se lo enrolla alrededor del cuello ante la
expectante mirada de Gala.
- -Em… Vicky… - Le llama la atención la pelirroja,
sabe que cuando los chicos se quedan hasta tarde su amiga siempre se enfada. –
Lo siento… De acuerdo – La morena suspira.
-
Día nuevo, historia nueva… Pero no más. – Dice y
la pelirroja la abraza.
***
- -¡Yago!¡Arriba! – Le grita Lucas.
El chico abre los ojos difícilmente y se
encuentra a su hermano mayor ya vestido. Mira el reloj de su móvil. 7:45. Se
recuesta en la cama otra vez y se tapa cara con una de sus almohadas. Al pasar
unos minutos nota humedad en la zona abdominal, se quita la almohada y ve, otra
vez, a su hermano, pero esta vez lleva un vaso vacío en la mano. Se mira la
camiseta, que está totalmente mojada, resopla y se la quita.
- -Y a ver si no te duermes otra vez. – Dice el
mayor riéndose mientras sale por la puerta.
- -¡NO ESTABA DORMIDO!
Yago se levanta de la cama, va al baño y se
ducha, tiene que estar activo hoy. Tiene un examen de literatura, debe entregar
un trabajo de latín y necesita hablar con Gala sobre ellos. Bufa y sale del
cuarto únicamente con una toalla a la cintura. Entra a su dormitorio y…
- - Hey, tío. ¿Aún vas así? – Dice Guille que está
sentado en su escritorio mirando el móvil, como siempre de buen humor. Ya está
totalmente listo y con la mochila en el suelo al lado de la cama.
- - Pero… ¿Cómo estas así si no hace ni cuatro horas
que nos hemos ido a dormir?
- -Fácil. – Dice sonriente. – Café. – Se le acerca
al oído como para contarle un secreto, pero, en vez de eso, grita. - Date prisa
Niega con la cabeza y coge unos vaqueros y una
camiseta negra. Se viste y se acerca a Guillermo.
- -¿Qué le hiciste ayer a Vicky? ¿eh?
- - Ojalá hubiera sido yo… No, no… Fue Iván, que si
no hubiera entrado en la habitación se la
hubiera comido entera.
***
La
alarma del móvil lo despierta de mala gana, la apaga y se levanta. Tiene un
dolor de cabeza de miedo. Coge una pastilla de dentro de un cajón de la mesilla
y se la toma. Iván lleva unos días deprimido y ayer bebió más de la cuenta.
Solo se acuerda de haber ido a casa de Vicky y de haberla tirado encima de la
cama con un poco de resistencia por parte de ella, aunque está seguro que no
pasó nada, la chica es demasiado santa, no es como Gala. Todavía no entiende
como pueden ser amigas si no se parecen en nada. Se levanta solo con los boxers
puestos y su perra Canela se acerca a él. La acaricia durante un rato y juega
con ella hasta que decide que es hora de cambiarse para ir al instituto. El
último año y podrá desaparecer de allí. Se viste con sus pantalones negros,
camiseta roja y chaqueta de cuero. Se pone la medallita que le reglo su prima
hace tantos años que ya casi están perdiendo su color los cascos del grabado,
aunque no se la quita nunca. Sale de casa con la mochila a la espalda y los
cascos puestos. Anda hasta la parada del bus tranquilamente, aún quedan quince
minutos para que llegue el autobús y no vive demasiado lejos de allí. Al llegar
se encuentra con Lorena que con su sudadera gris y sus pantalones de camuflaje
espera, también con los cascos puestos sin darse cuenta de que ha llegado el
chico. Se acerca a ella y le sopla en su pequeña carita.
- - Hijo
de… Ah, Iván, ¿qué haces aquí tan pronto? – Pregunta con el ceño fruncido
mientras se quita uno de los cascos.
- -¿Tan
extraño es? – Pregunta Iván divertido.
Lorena
entorna los ojos y se vuelve a poner el aparato en el oído terminando la
conversación.
-¿Has
visto el chupetón de Victoria?
Oye el
comentario Gala, lleva toda la mañana oyendo lo mismo y se está empezando a
hartar. Ya le ha contado su amiga que no había pasado nada, aunque sin lujo de
detalles como le hubiera gustado a la pelirroja. Entra a su nueva clase y se
sienta sobre su mesa, al lado de la pared. Saca el teléfono y empieza a hablar
con una chica que conoció hace unos días.
- - Buenos
días por la mañana. – Dice la profesora al entrar por la puerta radiante de
felicidad y Gala recoge su teléfono. – He corregido los exámenes y me alegra
decir que no ha suspendido casi nadie.
***
- - Chts,
Vicky. – Susurra alguien detrás mientras la profesora de francés explica, la
chica sonríe porque sabe quién es. – Hazme caso, venga.
- - La
madre del cordero, Yago cállese. – Replica la profesora a lo que Vicky tiene
que aguantarse una carcajada mientras sigue explicando Susana.
- -¿Qué
pasa? – Responde por lo bajo a su amigo felizmente.
- -Al fin.
– Dice Yago entornando los ojos. - ¿Estás bien? – Esta vez parece preocupado.
- -Claro,
¿por? -Dice extrañada.
- -Por los
comentarios, no sé. – Dice alzando los hombros. – Me tienes aquí para lo que
sea vale.
Dicho
esto, le revuelve con cuidado el pelo y vuelven a prestar atención a la clase.
***
Lleva
desconcentrado toda la mañana, la conversación que ha tenido con Yago lo ha
descuadrado. A lo mejor pierde la apuesta, y no le haría gracia. Ya ha tenido que discutir
con un tío que le estaba diciendo a Sergio que ahora que ya estaba “estrenada”
haría lo que hiciera falta para que estuviera en sus manos. Iván que está
sentado en la otra punta de la clase ha estado todo el rato con la cabeza apoyada
en sus manos. Normal. No debería haber bebido de esa manera teniendo clase hoy.
A mi lado mi hermana está tomando apuntes, todo con un solo color y con buena
letra, al revés que mi cuaderno que esta con millones de colores y dibujos por doquier.
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