Noche de viernes - Capítulo 5


Tres días después ya es viernes. Y por fin Lorena está tranquila. No piensa salir en toda la tarde, los demás se van a ir de fiesta, por lo menos eso le ha dicho su hermano está mañana, y, mientras, ella tendrá un maratón de series. Además, sus padres no están, aunque pensándolo bien casi nunca están… Bueno, que tiene un plan perfecto.

Justamente cuando se sienta en el sofá, cargada con un bol de palomitas, suena su teléfono. Le ha llegado un mensaje. Y cree que sabe de quién es. Lleva sin hablar con él desde el martes, desde que estuvo en su casa… Mira el teléfono y, para su sorpresa, es de Axel.

Estaré allí en menos de lo que piensas, cariño.

Sonríe al leerlo, ese imbécil la tenía encantada. Siente algo por su amigo, aunque nunca lo admitirá en público. En principio porque no quiere que se enteré su hermano, ya que, aunque sea de su misma edad, a veces puede llegar a ser muy sobre protector. Y después porque no sabe lo que siente él. Lo único que quiere es dejar de pensar en ello, ya que, aunque quiera, no se lo saca de la cabeza y eso no es propio de ella. No le gustan las parejas y tampoco las cursilerías.

De repente, por alguna razón se le han quitado las ganas de realizar su perfecto plan. Sube a su cuarto, se cambia su pijama por unos vaqueros y una sudadera, se pone un gorro para disimular un poco sus aún presentes mechas y, cogiendo lo necesario, sale de casa.

Se pone los auriculares con la música a un nivel no demasiado fuerte, pero lo suficiente como para aislarse de lo que pasa a su alrededor. Empieza a andar sin un destino fijo.

***

Gala y Yago están esperándola abajo. Todo se ha tranquilizado desde el martes, ese maldito martes, y al parecer la pareja vuelve a estar bien. Aunque no se lo cree, conoce demasiado bien a sus amigos y Gala estos días no ha estado demasiado entusiasta como estaba al principio.

Se termina de hacer la trenza y se pone la cazadora vaquera. Toma la mochila con lo necesario, ya que la pelirroja le ha prohibido explícitamente utilizar su preciosa riñonera. Baja las escaleras, pero a mitad de camino empieza a oír una conversación entre sus amigos. Para con un poco de curiosidad.

- Venga Gala, llevamos ya mucho tiempo siendo esto, ¿no te parece que es hora de avanzar? – Oye la voz de Yago.

- Primero una pregunta. – Dice Gala suspicazmente.

- Dispara. – Responde el chico.

- ¿Te gusta Vic?

- No. – Indica él seriamente.

- No te creo. – Responde la pelirroja con diversión. – Ya te conozco bastante Yago…

De repente para la conversación en seco por haber escuchado un ruido. Sabe que su amiga los está espiando.

- Venga va, Vicky, termina de bajar las escaleras. – Dice la pelirroja cruzándose de brazos.

La aludida baja encontrándose con la cara seria de Yago y la expresión divertida de Gala.

- ¿Nos vamos? – Pregunta esta última mirado a ambos a la vez.

- Sí, claro. – Responde el chico.

Gala ve salir delante de ella a Yago un poco más relajado y a la cabizbaja Vicky y, casi riéndose, sale ella. Le hace gracia, ya que los dos han sido amigos desde pequeños y en esa situación casi parece que no se conocen.

Yago después de lo pasado días atrás le ha jodido tener que responder a la pregunta, y más después de saber que Vicky estaba escuchando. Aunque no entiende el por qué. No le gusta esa pequeña ratita que es su amiga. No está mal, pero no le gusta.

Vicky por su parte, decide dejar de pensar en lo que estaban hablando. No le importa, ¿por qué le tendría que importar? Esos problemas de adolescente la agobian. No le gusta pensar en ellos. Son cosas sin importancia a las que no le da importancia.

Han quedado con Guille en la entrada del S-k-patoria, ya que es allí donde se realiza la fiesta. De Iván en cambio no han sabido nada desde el martes. Solo tienen que recorrer unas calles para llegar al bar. Cuando llegan, Guille ya está esperándolos en la puerta mirando el móvil tranquilamente sentado en una de los taburetes. Durante el camino el ambiente se ha relajado y han hablado tranquilamente. Yago al ver a Guille le da un zape, ya que no les miraba. Este último sobresaltado les mira y al ver al chico riéndose a carcajada limpia, le mira enarcando una ceja y una media sonrisa en la cara. Un gesto muy agradable a ojos de Vicky, para Gala en cambio bastante infantil. El sonido de la música se oye difuminado en el exterior del local y al abrir la puerta para entrar la canción cambia, los primeros acordes de la canción resuenan junto a los casi gritos de la gente “cantando” se oyen aún más claros. Gala al reconocer la canción empieza a moverse al compás y se lleva a Yago al centro de la pista improvisada donde está situado un cumulo de personas.

- ¿Quieres algo? – Le grita Guille a Vicky sobre la música a lo que la chica niega con la cabeza y se va dejándola sola.

Alguien se le acerca por detrás y le hace cosquillas. Se gira sabiendo quién es. Su hermano, vestido con unos vaqueros y una camiseta de los Rolling Stones. Sin preguntarle siquiera, la lleva junto con Gala al centro. Una canción de reggaetón está sonando y no es precisamente el estilo de música preferido de ella, pero se deja llevar y se contonea al lado de Gala que, como ya se ha ido Yago con su hermano, se ha acercado a ella para bailar.

***

- ¿En serio? – Pregunta París a Axel cuando empieza a sonar Traicionera por los altavoces del bar. – Axel… Que yo no quiero estar aquí.

- Tranquila. – Responde este llevándose el vaso a la boca.

Hace poco ha visto entrar a Guille, el hermano de Lorena, así que ella no andará lejos. Sabe que no le gusta ese ambiente, pero normalmente casi la obligan a ir con su hermana a cualquier parte. Ha tenido que adelantar la vuelta, ya que quería empezar allí el curso, y aun así ha pasado ya un mes. Aún, así le dará una sorpresa a Lorena, que pensaba que, aparte de ir más tarde, solo iría unos días. Además, tuvo que ayudar a convencer a los padres de su amiga para que se trasladarán con ellos. París quería cambiarse de instituto hace bastante, no le gustaba, así que la mejor idea era que ya que su mejor amigo regresaba a su pueblo natal, que fuera con él. Ve como París se lleva la bebida a la boca y resopla. No le gusta para nada ese tipo de música tan cosificadora. Ya le explico cuando se conocieron unos años atrás, todo lo que conllevaba tenerla de amiga, aun así, acepto.

- ¿Cuándo nos iremos? – Pregunta ella al terminar de beber.

- Ahora, pero primero tengo que hacer una cosa.

Se aleja de su amiga y se aproxima a el grupo de chicos que ha entrado antes. Desplaza a un par de personas que se interponían en su camino y al llagar al susodicho grupo le da un toque en la espalda al rubio.

- Hey, tío, cuanto tiempo… - Dice Guille abrazándolo fraternalmente.

- Sí, macho, casi 2 años.

En realidad, al pequeño pueblo había ido muchas más veces solo que únicamente iba a ver a Lorena y volvía a la ciudad.

- Y ¿qué haces por aquí? – Pregunta el rubio.

- Bueno… - Duda si decirle la verdad o no. – Tomando algo con una amiga.

- Oh. ¡Qué ligón! – Le dice casi gritando al oído para superar el volumen de la música y haciendo que este ruede los ojos. Esa actitud no le gusta - ¿Hasta cuándo te quedas?

- En verdad me quedo todo el curso de momento… - Responde tranquilamente él.

- No jodas. – Indica asombrado el chico.

- Pues sí… Oye, ¿sabes dónde está Lorena?

- Vaya. – Lo piensa un poco. – Que yo sepa está en mi casa ¿por?

- No, no por nada. – Sonríe irónicamente. Sus esperanzas, tan alta hasta ahora, han caído en picado. Aunque en cierto modo se lo esperaba.

Después de prometerse volver a verse, se aleja de ellos y coge a París para volver a sus casas. Solo habían ido allí para ver si estaba la chica y mañana tienen que deshacer las maletas y todo el equipaje. De camino a casa entre bromas con su acompañante y risas, mira el móvil. No tiene ningún mensaje y observa que la rubia ha visto el suyo. Sonríe a la pantalla del móvil.

- Sonreír a aparatos inanimados no es lo más correcto. – Le dice París a su lado con una sonrisa divertida.

- Y, según tú, ¿qué es lo más correcto?

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